La segunda estrella a la derecha y todo recto hasta el amanecer.
domingo, 5 de febrero de 2012
Momentos que se esfuman como viento en el aire.
Los recuerdos, momentos que se esfuman como viento en el aire, que se esparcen como gotas en el agua, que se pierden como nubes en el cielo, y dejan un hueco profundo al saber que sólo son recuerdos y que jamás volverán a suceder, porque fueron segundos, minutos, horas, días, semanas, meses, suspendidos en la cápsula del tiempo. Porque los recuerdos son aquellos que jamás se olvidan, que se quedan impregnados con tinta indeleble para nunca salir de la memoria del corazón, porque fue la risa la cómplice de la alegría, el colchón el testigo de los sueños, la almohada la mejor consejera, la noche la mejor amiga en los día tristes, y las estrellas la mejor luz en los días opacos. Porque recordar es vivir, pero sólo vivir de los recuerdos es morir, porque es difícil desprenderse de lo que uno quiere, de lo que uno anhela, de lo que uno ama, como se puede evitar lo inevitable, como se puede hacer para que el tiempo regrese, para que las caricias, los besos, y los sueños sean inmortales en la mortalidad, convirtiéndose en infinito de lo finito y permanezcan en lo inexistente, y no se quede sólo en un simple recuerdo.
sábado, 4 de febrero de 2012
He estado ocupada intentando aceptarme a mi misma.
* Levantó la vista del suelo y miró al frente, con decisión pero con miedo...
- ¿Otra vez tú por aquí? Empecé a pensar que te habías olvidado de mi, hace mucho tiempo que no te veía.
+ He estado ocupada intentando aceptarme a mi misma, reconocer mis virtudes y asumir mis defectos, pero aquí estoy, más fuerte que nunca.
- ¿Ah sí, y qué hay de todas esas cosas que te atormentaban antes, de lo mucho que te preocupaba la opinión de la gente y de lo poco que confiabas en ti misma?
+ Se han ido, ahora sólo me preocupo de la gente que me ha estado apoyando, animándome para que siguiera adelante...
- Entonces... ¿Qué haces hablando con tu propio reflejo?
* Bajó la vista, miró al suelo, la volvió a alzar, se miró al espejo y dijo con una gran sonrisa:
+ Valórate.
- ¿Otra vez tú por aquí? Empecé a pensar que te habías olvidado de mi, hace mucho tiempo que no te veía.
+ He estado ocupada intentando aceptarme a mi misma, reconocer mis virtudes y asumir mis defectos, pero aquí estoy, más fuerte que nunca.
- ¿Ah sí, y qué hay de todas esas cosas que te atormentaban antes, de lo mucho que te preocupaba la opinión de la gente y de lo poco que confiabas en ti misma?
+ Se han ido, ahora sólo me preocupo de la gente que me ha estado apoyando, animándome para que siguiera adelante...
- Entonces... ¿Qué haces hablando con tu propio reflejo?
* Bajó la vista, miró al suelo, la volvió a alzar, se miró al espejo y dijo con una gran sonrisa:
+ Valórate.
Querida compañera de clase:
El otro día me di cuenta de que los pequeños detalles marcan la diferencia. Me di cuenta de lo importante que puedes llegar a ser para una persona... tanto como para que ella te cuente sus secretos mejores guardados. Comprendí que hay momentos y circunstancias que pueden llegar a marcarte tanto que prefieres olvidarlos, esconderlos en el último rincón de tus pensamientos, pero al final, quieras o no quieras, acabas desahogándote, contándoselo a una persona ajena a tu grupito de amigas íntimas, acabas contándoselo a tu compañera de clase. Y te das cuenta de que las personas más increíbles llegan cuando menos te lo esperas, pero en el momento exacto. Hoy sólo puedo decirte una cosa: Tengo miedo a que la gente descubra lo increíble que eres.
Te quiero
Suscribirse a:
Entradas (Atom)